Vencer al dolor con hipnosis

Vencer al dolor con hipnosis

2015-12-10

Vencer al dolor con hipnosis

 
La hipnosis es un medio eficaz para reducir o incluso eliminar el dolor. 
 
La hipnosis ha sido utilizada durante siglos para generar analgesia, ausencia de dolor y anestesia, ausencia de cualquier sensación. El hecho de que la hipnosis no requiera ingerir ningún tipo de sustancia y que no existan prácticamente contraindicaciones hacen que su aplicación pueda ser universal.
 
El dolor es una señal, un aviso de nuestro cuerpo. Tiene un propósito y tenemos que prestar atención a la causa que lo produce. Siempre que experimentes cualquier tipo de dolor es necesario buscar la ayuda de profesionales que encuentren su origen y le den el tratamiento adecuado.
 
A partir de ese momento el dolor deja de tener sentido y utilidad. Sólo sirve a veces para indicarnos que no debemos forzar y es la hora de descansar. Un dolor agudo es una señal que nos ayuda a sobrevivir. El dolor crónico que se prolonga en el tiempo debe ser reducido o eliminado. La hipnosis es eficaz para ambos tipos de dolor.
 
El dolor tiene un carácter subjetivo, las expectativas, creencias y características personales hacen que cada persona viva esta experiencia de manera diferente. La actitud es un componente esencial, cuando la actitud cambia el malestar disminuye o desaparece y obtienes alivio.
 
Entre los componentes del dolor dos son esenciales el puramente sensorial y el emocional. Por ejemplo una mujer durante el parto experimenta dolor físico pero emocionalmente está contenta. Por otro lado muchos enfermos de cáncer no experimentan un gran dolor físico pero su estado emocional hace que experimenten un gran malestar.
 
 Ambos componentes interactúan. Podemos incidir en la vertiente emocional con la hipnosis provocando una intensa relajación y sentimientos de bienestar, así las sensaciones físicas mejoran. Podemos decir que quizás el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.
 
Pero además con la hipnosis se puede apartar la atención de las sensaciones físicas de malestar y transformar la percepción que se tiene de ellas hasta reducir o incluso eliminar su efecto. El principio “donde ponemos nuestra atención fluye nuestra energía” es también válido aquí.
 
La hipnosis es pues útil en ambos aspectos del dolor: a nivel emocional influyendo en las actitudes, creencias y procesos de pensamiento. A nivel sensorial alterando las percepciones de dolor y generando sensaciones de confort, bienestar y relajación.
 
Se trata de, utilizando la hipnosis,  pasar de un estado de malestar a otro de confort. Rompiendo el esquema todo o nada en el que se suele encontrar atrapada la persona que sufre y encender una luz de esperanza. Con la hipnosis la persona se da cuenta de que ella tiene un determinado control sobre su dolor. A partir de esto las expectativas cambian, provocando este cambio de actitud.
 
La hipnosis utiliza diferentes estrategias efectivas para la gestión del dolor entre ellas:
 
Disociación: En estado hipnótico es más fácil disociar, es decir separar, diferentes partes de una persona. Podemos hacer que el cuerpo de la persona se quede en la cama con el dolor mientras utilizando la imaginación, muy potenciada en hipnosis, la mente se va a otro lugar. Disfrutando por ejemplo de un hermoso día de playa.
 
Distracción: Todos tenemos la experiencia de que una herida nos empieza a doler cuando somos conscientes de ella: nos empieza a doler el pie cuando vemos que el zapato nuevo nos ha hecho una herida. Podemos actuar a la inversa y dirigir la atención de la persona hacia otra cosa o lugar y así reducir o eliminar el dolor. El estado hipnótico permite una intensa focalización de la atención.
 
Simbolismo: Podemos cambiar la naturaleza y magnitud del dolor utilizando características sensoriales. “Reducir” su tamaño. “Bajar” su intensidad utilizando un mando o dial imaginario. “Enfriarlo” poniendo encima nieve o una luz sanadora. La hipnosis potencia increíblemente la imaginación y reduce la capacidad crítica. La persona es capaz de aceptar cosas increíbles en su estado habitual. En cierto sentido comparte muchas características de los sueños.
 
Entumecimiento o desplazamiento: Podemos evocar sensaciones de entumecimiento que todos hemos experimentado al dormirse una mano o un pie. Luego desplazarlas a la zona afectada eliminando así la percepción de dolor. También es posible desplazar el dolor a un sitio menos molesto desde la espalda a un dedo por ejemplo.
 
Reencuadre: El temor a la persistencia del dolor es algo que lo acentúa, el recuerdo o la anticipación acentúan la experiencia. Reencuadrar o reinterpretar la experiencia siendo conscientes de que hay momentos en el que el dolor disminuye o incluso desaparece lo hacen más aceptable. También podemos reencuadrar la experiencia del dolor modificando el lenguaje empleado: pasar de dolor a malestar y de malestar a molestia hace que la percepción de la experiencia varíe.  
 
Utilizando estas u otras estrategias la persona se da cuenta y acepta que puede cambiar su percepción del dolor y así la intensidad de su malestar. Facilitando ese cambio de actitud. Hasta reducirlo e incluso hacerlo desaparecer.
 
Resumiendo: El dolor es una señal, un aviso que debe ser atendido. La actitud de la persona es determinante. El dolor puede ser agudo o crónico ambos pueden reducirse o incluso desaparecer con la hipnosis. La hipnosis incide tanto en el aspecto físico como en el emocional del dolor mejorando su percepción y consecuencias, generando bienestar.
 
En definitiva se trata de que la persona, utilizando la hipnosis, aprenda las estrategias más adecuadas a sus características que le permitan gestionar  su problema y mejorar su calidad de vida.
 
En nuestra web encontrarás las descargas Vence al dolor con autohipnosis” y Autosanación con autohipnosis” que pueden ayudarte.
 
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